La ilusión o el engaño del Transgénero

En la primavera y a principio del verano de 2015, vino a América un medallista de la olimpiada y un ícono de masculinidad y se presentó al mundo su nueva persona femenina. También casi al mismo tiempo el Tribunal Supremo de los EE. UU impuso
el matrimonio gay sobre la nación con la decisión de Obergefell v. Hodges.

21 Otro héroe de las Olimpiadas anunció en cajas de cereales que estaba en el proceso de reasignación del sexo para satisfacer su anhelado deseo de ser una mujer.

Muchos no sabían cómo actuar, pero Walt Heyer sabía cosas que muchas otras personas no tenían la posibilidad de saber. Su travesía a la integridad en Jesucristo muestra un testimonio de la mentira siendo diseminado por los revolucionarios
sociales: qué es realmente convertirse en el sexo opuesto. Sabe muy bien que el cambio de géneros es sencillamente imposible, a pesar de poner nombres
poco probables tales como la “cirugía de la reasignación del sexo” y “mutabilidad (variabilidad) de género.” No hay tales cosas.

“Es totalmente cosmética,” afirma Heyer, quien mismo sufrió una serie de tratamientos y cirugías para convertirse en una persona femenina que “ella” representó por más de una década, solo añadiendo a su desencanto con su persistente alcoholismo. “Ni una sola persona cambia el género, excepto en el periódico,” dijo. Según Heyer, esa es la razón por qué unos 41% de los transgéneros tratan de suicidarse, Esta cifra se cita en múltiples fuentes, incluyendo el Dr. Paul M. Hugh, anterior jefe de psiquiatría de Johns Hopkins Medical Center que fue pionero de los llamados procedimientos de reasignación sexual. Ahora Dr. McHugh opone tales tratamientos porque son psicológicamente dañinos. También ha escrito extensivamente sobre el tema.

En adición, Heyer afirma “Una vez que se hace el ‘cambio’ el camino de regreso es
actualmente uno de los más difíciles caminos que se puede imaginar. Requiere una tonelada de fe en Cristo y una tonelada de valentía y una entrega firme para volver de tal travesía.”

Sin embargo, esas realidades duras no es lo que los activistas LGBTT (Lésbica, Gay, Bisexual, Transgénero y Transexual) y los progresivos sociales que los habilitan, están vendiendo.

 A la edad de 76 ahora, Heyer se sometió a la cirugía de la “reasignación del sexo” a principios de los años de 1980. En el proceso fue destruido su matrimonio, alienó a sus hijos y en esencia fue despedido de una carrera con Honda que en ese tiempo no estaba abierto a tales cambios radicales de los empleados que vendían al público.
Como muchos hombres que se identifican como transgénero, Heyer había sido siempre heterosexual. Nunca ha tenido inclinaciones homosexuales. Quizá eso contradice los supuestos de la mayoría de la gente, pero Heyer afirma que su
apariencia como una mujer fue un escape no-sexual de su identidad de la misma manera que un adicto adormece su dolor mediante las substancias. El desorden raramente tiene que ver con la excitación sexual. Para Heyer, tenía que ver con un esfuerzo de escapar a una nueva realidad.

Hoy, tiene un ministerio y una página de Internet para ayudar a la gente transgénera que lamentan sus esfuerzos de transformarse al sexo opuesto y desean volver a sus identidades. Aquellos que llegan a él para su ayuda son abrumadoramente
hombres y Heyer afirma que son “98% heterosexual.” □